Para hablar del lenguaje religioso Hare creo la parábola del estudiante paranoico, que padece manía persecutoria por parte de sus profesores. En ella se muestra que por más razones probatorias que se den a dicho estudiante sobre la benevolencia de los profesores para con él, todo será inútil. ¿Qué tipo de argumentos podrán convencer al paranoico? Ninguno, porque es un enfermo.
Del mismo modo que el estudiante no se fía de sus profesores, (tiene un trastorno que le hace desconfiar de ellos hagan lo hagan) del mismo modo la persona religiosa sigue creyendo en el amor de Dios pase lo que pase, por muchas desgracias que sucedan.
La imagen esta tomada de psicosystem.blogspot.com/ 2009_04_01_archive.html
Otro profesor de Oxford contraargumenta que el lenguaje religioso si puede ser comprobado, pero su comprobación es “escatológica”, es decir, al final de los tiempos, tras la muerte.
Expone la parábola de los dos viandantes. Ambos viajan andando por un camino, uno de ellos dice que el camino por el que andan lleva a una ciudad celestial, el otro sostiene que no lleva a ningún lugar pero que como no hay otro camino no le queda más remedio que seguir. Ninguno de los dos ha hecho nunca el camino, y en función del final cada uno interpreta lo que les sucede de modo distinto. Para uno las cosas buenas son un adelanto de lo que será el final y las malas son pruebas para hacernos dignos de ese final feliz. Para el no creyente ninguna de esa interpretaciones tiene sentido. Se limita a sufrir lo malo y disfrutar de lo bueno.
Según esta parábola no podemos comprobar fehacientemente nada sobre la existencia de Dios durante la vida pero si al final.